¡Hola Soñadores!
Acabo de terminar el libro, y luego de ver los puntos del desafío me di cuenta que cumple varios, así que me decidí por uno que no se ve muy a menudo.
Libro: Guardián de Piedra
Autora: Danielle Monsch
Correr al mediodía era una mierda.Temprano en la mañana, estupendo. Temprano por la noche, mejor aún. Al mediodía era algo demasiado arriesgado teniendo en cuenta que era demasiado blanca para disfrutar del sol que pegaba con fuerza hacia ella.Eso no debía ser un problema para las gárgolas. No era como si fueran tan lechosos como ella, y las probabilidades de salir de allí con unas buenas quemaduras, eran desconocidas para ellos.Eso, resumiendo, era el motivo por el que no había sido capaz de convencer a Terak de que la dejara correr a sus horas habituales. Para él no tenía comparación algo tan insignificante como ponerse tan roja como una langosta, a la posibilidad de ser atacada, y dado que ella estaría más segura de esos ataques a mitad del día, era cuando corría.Maldita gárgola terca. Lo único que tenía que temer era un golpe de calor.Era un día precioso, y como concesión a su piel, había bastantes nubes, aunque no tantas como para que fuese un día nublado. Larissa corría por su sendero favorito a través de un enorme parque arbolado, disfrutando al mismo tiempo de los límites de la ciudad. Podía no haber salido nunca de la ciudad, pero realmente se sentía en su propio hábitat.
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